 |
 |
 |
LUZ reconoce al primer venezolano en ser Nuncio Apostólico
- Detalles
- Categoría: Anuncios
- Última actualización el miércoles, 06 junio 2012 20:38
- Visto: 1456
Roberto Torres Luzardo
 |
|
| Lágrimas, sonrisas, aplausos y oraciones estuvieron presentes durante todo el acto. Foto: Larry Parra Queipo |
Ante los rostros sonrientes de las autoridades universitarias y el aplauso entusiasta del aforo en pleno, Monseñor Édgar Peña Parra hizo su entrada, como envuelto en un aura de tranquilidad. Tomó su asiento y se dispuso a escuchar al maestro de ceremonias, en el acto en el que la Universidad del Zulia le confirió su más alto reconocimiento: el Doctorado Honoris Causa.
Tomó el micrófono el jefe de la parroquia personal universitaria “San Juan Crisóstomo”, José Gregorio Villalobos. Con profundo cariño en su voz –y llamándolo por su primer nombre como signo de familiaridad– el padre le dedicó al monseñor un discurso de apertura pleno de agradecimiento y amor profundo por la cercana relación que han establecido con los años.
Con la mano en el corazón, recordó las cartas que Peña –“a quien considero mi padre, maestro, pastor y amigo”– le escribió durante su formación como seminarista. “Édgar, el Señor te ha bendecido con el cargo de Nuncio Apostólico. ¡Qué orgullo para el Zulia! ¡Qué orgullo para Maracaibo!”, exclamó con entusiasmo visible en su rostro. Al terminar el discurso, párroco y arzobispo se estrecharon en un abrazo de afecto mutuo.
Las notas del himno universitario acompañaron el momento en el que Jorge Palencia Piña –rector de LUZ– entregó a Monseñor Peña un anillo con la piedra azul de LUZ y las credenciales de su Doctorado Honoris Causa que el Consejo Universitario de la Universidad aprobó de manera unánime.
El monseñor –con caminar pausado, pero firme– se acercó al podio para expresar su agradecimiento. En su voz grave se notan trazas del acento mexicano que escucha desde 2006, cuando comenzó su trabajo como asesor en la nunciatura del país latinoamericano.
“LUZ, nuestra álma mater, me honra con este reconocimiento, el cual me permito recibir en nombre de la Iglesia católica, la cual ha acompañado todos los momentos de la historia venezolana”.
Mencionó el valor de la obra del Sumo Pontífice, Benedicto XVI, en cuanto a la unión entre educación y fe, e hizo alusión a la importante labor de la Universidad para ayudar a comprender nuestros tiempos.
“Es importante que LUZ sea luz. Que sea un faro de la verdad en nuestro tiempo. Soy hijo de esta tierra, de este litoral lacustre, de esta tierra del sol amada. A partir de hoy, soy también hijo de esta Universidad del Zulia”, exclamó.
Ante la frase, la espontaneidad de los aplausos se apoderó de la sala, los cuales monseñor Peña recibió con gestos de humildad.
En representación de la Universidad del Zulia, el rector de Jorge Palencia se refirió a Monseñor Peña Parra como un “embajador de buenas nuevas”, que dispensa el bálsamo para el alma que la religión puede llegar a significar.
“Al honrar a Édgar Peña estamos honrando a un venezolano que es ejemplo vivo de fe. Un hombre de Dios que ha logrado trascender nuestras fronteras alimentado por su entrega apasionada y profunda fe en lo que hace. LUZ, a través de este acto, reconoce en él los valores ideales que la sociedad necesita en estos tiempos de atribulación”, afirmó.
Le pidió que mantenga al pueblo venezolano en sus oraciones, para que encuentren sosiego ante la violencia, la injusticia social y la pobreza. “Y también le pedimos que guarde en su memoria, para siempre, el agradecimiento y el respeto que hoy le entrega esta Universidad, y todo su pueblo”, finalizó.
El Orfeón Universitario y la Estudiantina de LUZ le ofrecieron al primer sacerdote de Venezuela en ser nombrado Nuncio Apostólico una ofrenda musical, para concluir el acto. La melodía de “Aquel Zuliano” –del compositor marabino Renato Aguirre– cerró un acto de meritorio reconocimiento a monseñor Peña Parra quien, seguramente, llevará en su memoria las nostálgicas notas de esta pieza musical, así como el cariño de toda una universidad.
