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Historia I: desde los orígenes hasta su cierre en 1904


Fundada en 1891, LUZ es una institución centenaria, con raíces fuertemente hundidas en el espíritu de la región. Su camino, desde 1891 hasta ahora —período que incluye el lapso de su cierre en 1904 hasta su reapertura en 1946—, no ha sido fácil: el déficit presupuestario ha sido una constante, así como el enfrentamiento con los gobiernos nacionales y con camarillas de poder que han intentado ponerla al servicio de una determinada ideología o modelo político. Pese a todo, la Universidad se ha mantenido en su ruta y enfrenta el tercer milenio plantada en las líneas de desarrollo que el futuro demanda.

Ya desde comienzos del siglo XIX, los habitantes de Maracaibo habían demandado ante el gobierno de José Antonio Páez la creación de una institución de estudios superiores sobre la base del existente Colegio Seminario. Esta solicitud no tuvo éxito pero los marabinos persistieron en su empeño: era imprescindible una universidad que acompañara el desarrollo económico, cultural e intelectual de la región.

Maracaibo: próspera tierra de comerciantes y nido de poetas

Durante el período comprendido entre los siglos XVI y XIX, en la cuenca del lago de Maracaibo se fue formando un complejo económico dual: por un lado, una zona interior, productora, fundamentalmente agrícola y rural, constituida por los campos zulianos, parte sustancial de la región andina y las zonas fronterizas colombianas; y, por el otro, un núcleo comercializador de la producción, el puerto de Maracaibo. Para finales del siglo XIX esta región occidental, liderada por Maracaibo, llegó a constituir una sólida unidad económica, que ha sido llamada Región Histórica Marabina; y que desde entonces mantuvo nexos con los mercados externos, con casas comerciales alemanas, italianas, francesas, norteamericanas, españolas y criollas, que operaban en el puerto de Maracaibo movilizando un tráfico incesante de buques y personas. Para ese momento —finales del siglo XIX— la ciudad alcanza los 31.921 habitantes.


El comercio abrió caminos y por las rutas comerciales transitaron nuevas ideas y productos. Así se conformó una sociedad progresista, receptiva a las innovaciones, generadora de nuevos inventos y creaciones. Es por eso que adelantos científicos como la navegación de vapor, la luz eléctrica, los teléfonos, el cine, la circulación por tranvías, se incorporan a la vida del Zulia antes que en el resto de Venezuela.


Hasta mediados del siglo XX, en Maracaibo florece una sociedad civil dedicada al trabajo, sin las constantes luchas militares, asonadas y montoneras que agobiaron a otras regiones del país. Se trata, en suma, de una urbe ilustrada, dispuesta al goce de la cultura y de las bellas artes, abierta, móvil; con un contacto permanente con Europa, las Antillas y los Estados Unidos, de donde recibe periódicos y revistas, así como la visita de compañías artísticas.


Muy tempranamente esta sociedad desarrolló un fuerte sentido de vinculación regional, quizá porque su territorio se encontraba virtualmente aislado del resto de Venezuela y también por la circunstancia de que su vida económica se abría hacia el extranjero más que hacia el propio país. Todo esto alentó la percepción de que los zulianos éramos capaces de autoabastecernos en lo material y en lo simbólico (en los productos y en las ideas), en forma autónoma, sin necesidad del Gobierno central, del cual nada o muy poco habíamos recibido.

Los afanes por la ilustración

El creciente progreso de la ciudad puerto de Maracaibo exigió una mayor y mejor educación de los zulianos. Durante el período colonial se establecieron instituciones educativas regentadas por las órdenes religiosas de los franciscanos y jesuitas. Los primeros se afincaron en Maracaibo para atender no solo la formación religiosa sino también una educación elemental y de preparación para los oficios cotidianos. Y, a la larga, se incorporaron nuevas cátedras y cursos avanzados, como los de Gramática, Filosofía y Teología.


Los jesuitas, por su parte, iniciaron su labor a comienzos de la década de los treinta del siglo XVIII con actividades educativas de primera línea y una cátedra de Gramática. Los hijos de las clases pudientes, interesados en prepararse cultural y educativamente, fueron especialmente beneficiados con estos estudios.

Desde la época colonial, la ciudad manifestaba su necesidad de contar con un instituto de instrucción media o superior, encargada de capacitar para las tareas de administración y gobierno. Ya en el período republicano esta aspiración apuntaba a la fundación de una institución educativa de nivel superior, acorde con la importancia del puerto de Maracaibo. En 1832 varios dirigentes de la región decidieron crear un plantel educativo para enseñar, tal como se hacía en las universidades, las materias de Medicina, Filosofía, Teología, Derecho Civil y Canónico.


Ese plantel se instaló en el Colegio Seminario de Maracaibo, el 6 de marzo de 1833, y enseguida solicitaron al gobierno nacional, presidido por el general José Antonio Páez, su elevación a universidad. No hubo respuesta a esta demanda pero los marabinos continuaron con su lucha hasta que el 2 de marzo de 1837 se firmó en Caracas el decreto de creación del Colegio Nacional de Maracaibo.


El colegio se inauguró el 19 de abril de 1839, y dado que fue concebido con una estructura académica tradicional (bachillerato en Filosofía), el Gobierno dictaminó la creación de la Escuela Náutica y de Pilotaje. Se ofrecía así una educación afincada en la tradición humanística (Filosofía, Gramática, Retórica, entre otras), pero que también admitía la exigencia de una sociedad cuya mayor fuente de ingreso era el comercio lacustre.


En sus primeros nueve años funcionó como un establecimiento de índole tradicional, aunque ya se había abierto a los aires de renovación al incorporar las clases de Matemática, Física, Geografía, Cosmografía e Inglés, aparte de la Escuela de Náutica que tenía adscrita.


El Colegio fue cerrado en 1848, ante el clima de guerra que enfrentaba el gobierno de José Tadeo Monagas. Y se reinstala el 13 de enero de 1850 con dos clases, Gramática Latina y Gramática Castellana. En 1854 se abren dos cursos de ciencias mayores: uno de Jurisprudencia y otro de Medicina; y se ofrecen las clases de Náutica (con Cosmografía y Trigonometría, Matemáticas, Dibujo Lineal y Filosofía con Lógica y Metafísica). A medida que los jóvenes obtenían sus grados se desempeñaban en las diferentes estructuras sociales de la región. Ese año la matrícula alcanzó 103 alumnos.


Con el triunfo, en 1864, de la Revolución Federal, las antiguas provincias venezolanas se convierten en estados. La provincia de Maracaibo pasa a ser estado Zulia; y su máxima institución educativa adopta el nombre de Colegio Nacional del Zulia.


En 1875 los colegios nacionales fueron clasificados en tres categorías. En los de primera, entre los cuales se encontraba el de Maracaibo, se cursarían estudios superiores en Derecho y Medicina, entre otros. En 1881 fue establecida en el Colegio la clase de Pedagogía Primaria, para atender la formación de maestros, requeridos por el auge de la educación pública durante el largo gobierno guzmancista.


El 17 de septiembre de 1882 ocurrió una nueva definición y los colegios nacionales pasaron a denominarse colegios federales. Tendrían una escuela primaria anexa y podrían otorgar grados de bachiller en Ciencias Políticas y Ciencias Médicas; y, por primera vez, el título de licenciado en las mismas carreras, así como en Ciencias Filosóficas, e Ingeniería Civil.


Desde 1883, el Colegio ofrece estudios superiores y otorga los grados de licenciado y de doctor a sus bachilleres (con excepción del grado de doctor en Ciencias Eclesiásticas, reservado a las universidades). Pero en 1889 el Gobierno central autorizó el establecimiento de las cátedras de Ciencias Eclesiásticas, con lo cual se igualó la condición académica de esa institución con la de las universidades.

Llega la luz

La lucha de los marabinos para lograr una institución universitaria finalmente cristaliza el 29 de mayo de 1891, cuando el Congreso Nacional promulga el decreto relativo a la erección del Colegio Federal en universidad. En esta decisión final resaltan las acciones y presiones ejercidas por los diputados zulianos Rafael López Baralt, Francisco Eugenio Bustamante y Antonio Aranguren.


El Colegio había cumplido con la misión que le asignaron sus creadores. En sus 52 años de funcionamiento (1839-1891) había formado la generación de intelectuales que, para finales del siglo XIX, constituían la élite en lo científico, político, económico, educativo y cultural.


La instalación de la Universidad del Zulia tiene lugar el 11 de septiembre de 1891, y su primer ciclo histórico culminará con su cierre el 5 de octubre de 1904.


Designadas por el ministro de Instrucción Pública, las autoridades de la nueva casa de estudios, cuya primera sede fue el convento franciscano, en la calle Ciencias, serían Francisco Ochoa, rector, y Pedro Luengo, vicerrector. El discurso de orden estuvo a cargo de Manuel Dagnino, quien auguró que la naciente universidad aseguraba a la juventud zuliana “[…] un foco perenne de intensa luz, según las medidas de sus facultades […]”.

El alba de la academia

Primer período rectoral: (11 de septiembre de 1891 - noviembre de 1892). Rector: Francisco Ochoa; vicerrector: Pedro Luengo.


Desde este período se iniciaron las luchas por mantener activa a la institución y para obtener un presupuesto justo y adecuado para lograr los objetivos propuestos desde su creación.

Años de consolidación

Segundo período rectoral: (22 de noviembre de 1892 - junio de 1896). Rector: presbítero Francisco José Delgado; vicerrector: Pedro Luengo.


Durante el segundo período rectoral (1892-1896) las autoridades se vieron obligadas a clausurar el edificio del convento franciscano, ubicado en la calle Ciencias, debido a su grave deterioro. Ante la crisis y la falta de respuesta del poder nacional, los profesores ofrecieron sus casas para que la institución siguiera funcionando mientras llegaba una solución. Y, cuando esta llegó no fue de Caracas sino del gobierno regional, presidido por Jesús Muñoz Tébar, quien cedió un local destinado a la instrucción pública estatal.


Para 1895, la matrícula era de 418 alumnos, distribuidos en 27 cátedras. El presupuesto era de 5.855 bolívares. Su perfil académico se había enriquecido en mayo de 1894 cuando Muñoz Tébar creó la Clínica de Medicina y Cirugía, con asiento principal en el anfiteatro anatómico del Hospital Chiquinquirá, donde los alumnos podían estudiar con enfermos y cadáveres.

Los frutos del saber

Tercer período rectoral: (junio de 1896 - septiembre de 1897). Rector: José Antonio Chaves; vicerrector: Pedro Luengo.


En este período se confirieron 38 grados académicos: cinco de doctor en Ciencias Políticas, cuatro en Ciencias Médicas, uno de bachiller en Medicina, dos de bachiller en Ciencias Políticas, uno de agrimensor público, 25 de bachiller en Filosofía. También se graduaron maestros de instrucción primaria.


Cuarto período rectoral: (septiembre de 1897 - enero de 1900). Rectores: Francisco Eugenio Bustamante y José Domingo Montero (interino desde febrero hasta junio de 1898, por asistencia de Bustamante al Congreso Nacional); vicerrectores-secretarios: José del C. Ramírez (desde septiembre hasta noviembre de 1897), José Domingo Montero (desde noviembre de 1897 hasta febrero de 1898), Alfredo Rincón (septiembre de 1898) y Marcial Hernández (desde octubre de 1898 hasta enero de 1900).


En este período resalta la figura de Francisco Eugenio Bustamante, uno de los mejores médicos y cirujanos del país, parlamentario y dirigente político de convicción liberal, republicano y seguidor del cientificismo positivista, quien inicia uno de los períodos más fructíferos de LUZ. Entonces, se establece la tesis escrita como requisito para obtener el grado de doctor; y la primera que se presentó, en diciembre de 1897, fue la de José Encarnación Serrano, titulada Estudio médico sobre el aborto.


Otro hito histórico de este período fue la creación del periódico La Universidad del Zulia, cuyo primer número tiene fecha de 29 de enero de 1898. Al declararse Bustamante un científico materialista y librepensador, y expresar que la Universidad debía ser centro donde prevaleciera la razón y la ciencia, bien pronto debió enfrentar la oposición y rechazo de los sectores conservadores de Maracaibo y Caracas, lo que afectó la imagen de la institución universitaria, que fue calificada por algunos de atea. Esto ocasionó que algunas familias católicas de la ciudad se negaran a inscribir a sus hijos.


La matrícula estudiantil descendió a 285 alumnos.

Llegada al siglo XX

Quinto período rectoral: (enero - agosto de 1900). Rector: Rafael López Baralt; vicerrector-secretario: Rodolfo León Pérez (2 al 11 de enero de 1900); Dr. Marcial Hernández (11 de enero de 1900); Rodolfo León Pérez (31 de enero - agosto de 1900); secretario: Candelario Oquendo; Adolfo Pons.


Cuando el rector López Baralt inició su período rectoral, el 2 de enero de 1900, la Universidad del Zulia enfrentaba una gran crisis económica. Desde octubre del año anterior no se recibía el presupuesto de la institución. No sería sino hasta marzo de ese año cuando el jefe del Ejecutivo nacional, a través del ministro de Instrucción Pública, remitió el “presupuesto rebajado”, debido al malestar económico por el que atravesaba el erario nacional.


El 8 de junio el rector López Baralt se dirigió a un grupo de doctores, entre ellos Antonio Acosta Medina, Melquíades Castillo, Miguel A. Machado, Julio C. Ramos y Salvador Navarrete, invitándolos a instalar la Facultad de Farmacia.


Sexto período rectoral: (agosto de 1900 - diciembre de 1901). Rector: Renato Serrano; vicerrectoressecretarios: Rodolfo León Pérez y Alfredo Rincón (desde agosto hasta diciembre de 1901).


En el primer año del siglo XX, LUZ confirió los siguientes grados: cuatro de doctor en Ciencias Médicas, dos en Ciencias Políticas, cuatro en Ciencias Eclesiásticas, tres en Farmacia y uno de maestra de Instrucción Primaria.


Séptimo período rectoral: (diciembre de 1901 - septiembre de 1903). Rector: Francisco Rincón; vicerrectores: Juan Tinoco (diciembre de 1901 - marzo de 1902), Alfredo Rincón (marzo de 1902 - septiembre de 1903); secretario: Adolfo Pons.


Para este momento la Universidad contaba con cuatro facultades: Ciencias Políticas, cuyo presidente era Francisco Ochoa; Ciencias Médicas, con Simón Montiel de presidente; Farmacia, presidida por R.S. Mora Vaamonde; y Ciencias Eclesiásticas, cuyo presidente era Francisco Marvez.

1904: los nubarrones ocultan la luz

En este punto se produce una interrupción brutal. LUZ termina su primer ciclo histórico al ser decretado su cierre en 1904, a partir de una medida del gobierno de Cipriano Castro, cuyo ministro de Instrucción Pública era Eduardo Blanco.


La irracional decisión se basó, entre otros factores, en la concepción educativa de Blanco, quien alegaba que en Venezuela solo habían cuatro profesiones: médicos, abogados, ingenieros y teólogos; y que debían instaurarse estudios prácticos que vincularan la instrucción a la producción económica del país, según lo propio de cada región; además de alegar que el Código de Instrucción Pública exigía que las universidades debían funcionar con seis facultades, y la del Zulia solo tenía cuatro. Por este camino, el funcionario concluyó que dos universidades, la de Caracas y Mérida, eran suficientes para atender los requerimientos de profesionales liberales, y que debían crearse institutos de formación utilitaria. Así, en el Zulia se cerró la Universidad y se creó el Instituto Náutico. Todo esto en medio del clima mental en que se debatía la Universidad, acusada por sectores conservadores de propiciar el materialismo y el ateísmo, lo que le restó apoyo público y mermó la matrícula estudiantil.

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